30 de junio de 2006

La construcción de guitarras (de jazz)






¿Cómo se llega a intentar hacer una guitarra?


Esta es una afición poco común, sobre todo en España.
En primer lugar hay que explicar cómo llega uno a dedicarse a este hobby. En mi caso, me pasa lo mismo que a muchos de mis colegas en esto: quería tener una guitarra buena, y no podía ni pensar en desembolsar lo que vale una de esas (hablamos del precio de un coche mediano).

Un día un compañero de trabajo me comentó que había hecho unas cuantas guitarras él mismo, y que de hecho pensaba dejar el trabajo y dedicarse a construir guitarras profesionalmente. Me pareció tan asombroso no sólo que fuera posible hacer una guitarra, sino que incluso fuera posible dedicarse a ello como medio de vida, que me puse a buscar información, herramientas y materiales.

Claro que esto en realidad es un auto-engaño: no es posible ahorrar dinero construyendo su propia guitarra, o, para ser más exacto, no sale barata ni mucho menos. La inversión en herramientas es considerable, y los materiales cuestan buen dinero. Lo que sí es posible es construir por el equivalente del precio de una guitarra regular una guitarra de gama media/alta, siempre que se sepa cómo, claro.

En mi caso, además de la ayuda de mi colega (fundamental), Internet ha sido, más que nunca, mi amiga. Por un lado me permitió comprar libros que no se publicarán jamás en España, y por otro ofrece innumerables recursos para quien quiera dedicarse a los instrumentos: foros de discusión muy bien informados, con gente increible siempre dispuesta a ayudar (
http://www.mimf.com/); tiendas en las que se puede encontrar desde herramientas hasta maderas nobles especiales para instrumentos musicales, planos, diseños, en fin, absolutamente de todo (http://www.stewmac.com/, http://www.lmii.com/ , http://www.madinter.es/).

¿Porqué guitarras de jazz? Yo nunca fui bueno tocando la guitarra clásica, y en cuanto pude me pasé a la guitarra eléctrica. En cuanto empecé a entrar en ese mundo vi que el "Santo Grial" de todos los guitarristas que yo conocía era tener una guitarra "de caja" (también llamada "de jazz"), porque era el no va más.

Esto también tiene que ver con el tipo de música que quería tocar, fui pasando del Blues/Rock más o menos elaborado de los 70 (imitando desde a Eric Clapton hasta Jimmy Page o Carlos Santana) al Jazz (Barney Kessel, Wes Montgomery) o incluso Jazz-Rock (Pat Metheny, John McLaughin, Al Di Meola). Claro, al querer tocar esto, intentaba emular a mis ídolos en todo, incluyendo sus guitarras.




Ahora bien, las guitarras de caja son las más caras de cualquier marca, con lo que eran aún más inalcanzables que las simples guitarras eléctricas. Bueno, esto era así en los 80, hoy el panorama es otro y es posible conseguir guitarras de gama media por menos de 1000 euros, pero entonces no existían (en España) esas "gamas medias", y las marcas baratas no tenían guitarras de caja.Total, que me fui haciendo mayor con la frustración de no poder tener una guitarra de caja (por cierto también me quedé sin saber tocar jazz, pero eso es otra historia), frustración que intento eliminar construyendo mi propia guitarra, años después de haber comprado (por fin) una Epiphone Emperor II.





Los comienzos





La primera guitarra eléctrica que pude comprarme era realmente mala, no voy a decir dónde la compré porque me da vergüenza, pero como fue hace más de 20 años, tampoco importa mucho. El caso es que era una guitarra que apenas se podía usar normalmente, con un mástil curvado exageradamente y una altura de cuerdas incomodísima. Ni que decir tiene que yo estaba encantado de la vida y convencido de que había encontrado el Santo Grial.




En aquella época no tenía mucha idea de qué buscar en una guitarra ni de cuáles eran las marcas buenas del mercado.



Al cabo de un tiempo, entré en contacto con gente que también tocaba la guitarra, pero que sabían mucho más que yo. Ellos me hicieron ver que básicamente me habían timado con aquella guitarra, con sólo tocar un rato una buena me dí cuenta de que tenía que hacer algo con mi guitarra.



Lo primero que hice fue empezar a modificar cosas en la guitarra: cambié las pastillas (micrófonos), también los clavijeros y alguna pieza accesoria más. El problema estructural (el mástil) lo resolvió un luthier previo pago de 5000 pesetas (del año 1980).
El caso es que una guitarra que era buena para el contenedor de basura acabó siendo "pasable" y de hecho sólo tuve esa guitarra hasta los años 90, es decir que fue mi guitarra "de la movida", hasta la usaba en directo con una banda de vida muy efímera en la que participé durante mis estudios.
Lo bueno de esta guitarra tan mala es que me sirvió para aprender un montón de cosas sobre la reparación y mantenimiento de guitarras. Lo más importante para mí fue constatar que es posible dar vida a un instrumento por malo que sea: todo puede arreglarse si se sabe qué hacer y se usa la cabeza.

Después de esa guitarra compré por fin una un poco más decente, aunque aún dentro de la gama baja:

Pero ya estaba envenenado: no pude evitar modificar esta guitarra, y convertirla en un instrumento casi profesional.
El caso es que a finales de los 90 tenía una experiencia considerable arreglando, ajustando y modificando tanto mis guitarras como las de amigos.
Con ese bagaje y con la idea de obtener experiencia y algo de dinero me embarqué en arreglar guitarras de forma semi-profesional, como un segundo ingreso que me permitía progresar en mi objetivo principal: ser capaz de hacer una guitarra con mis manos.
Estuve un par de años reparando, ajustando y modificando las guitarras de un montón de clientes. La verdad es que me iba muy bien y tenía cierto prestigio, con algunos profesionales entre mis clientes que me ayudaban al comentarle a sus alumnos lo bueno que era...
Construí una guitarra de cuerpo sólido, aunque no era mi objetivo principal, simplemente porque era una forma de demostrarme a mí mismo de que sí podía intentarlo con la de jazz, un diseño mucho más difícil.




Aquí puede verse mientras la barnizaba. El resultado fue "correcto", para una primera guitarra, y me ayudó a entender alguno de los problemas a los que me iba a enfrentar si quería construir una guitarra de jazz decente.
No cabe duda de que la construcción de una guitarra de cuerpo sólido tiene poco en común con la construcción de una guitarra hueca, pensada para sonar sin conectar a ningún sistema de amplificación de sonido. La guitarra sólida es lo más parecido a un trozo de madera con cuerdas, y ni la forma ni las maderas utilizadas en el cuerpo influyen demasiado en el sonido (bueno, algo sí que influyen, pero no fundamentalmente).
Por otro lado, construir un mástil que tenga una forma cómoda, instalar los trastes, y hacer que el conjunto sea utilizable requiere habilidades que son esencialmente las mismas para todas las clases de guitarras.




La construcción de mi primera guitarra







Una guitarra está formada por dos partes principales: cuerpo y mástil. El cuerpo es responsable de generar el sonido, de forma acústica y/o electrónica. El mástil, además de soportar la tensión de las cuerdas, permite modular el sonido cambiando la longitud de éstas al pisarlas contra los trastes.

Decidí hacer una guitarra tipo "neck through", porque quería tener un instrumento con mucho "sustain", y al hacer que el mástil formara el centro del cuerpo, las vibraciones de las cuerdas se mantienen mucho más tiempo.

Comencé por seleccionar un trozo de arce (en Maderas Sevilla, Torrejón de Ardoz) para sacar las tres piezas que, encoladas formarían el mástil. En la foto pueden verse los tablones de Fresno que formarían el cuerpo (en vertical) y el tablón de Arce para el mástil.

A continuación cepillé el tablón de arce para, por un lado reducir ligeramente su grosor, y más importante, para que tuviera una superficie lisa y plana (esto se llama "planear" y regruesar). Primera lección: es mejor ir a un taller de carpintería y pagar un poco para que hagan esto por tí... ¡qué trabajo!

Luego corté tres copias del perfil del mástil, para a continuación encolar esas tres piezas formando una especie de mástil en bruto:


Esto es el centro de la guitarra, el resto del cuerpo es en realidad "decorativo".



Aquí podeis ver varias fotos del proceso de construcción.









































La Guitarra de Caja



Después de terminar de construir la guitarra de cuerpo sólido, se puede decir que le perdí el miedo a construir una guitarra. Algunas de las operaciones más difíciles son comunes a todos los tipos de guitarra. Sin embargo, hacer una guitarra de caja implica tallar la tapa y el fondo con forma de cúpula, a partir de dos piezas macizas de madera (similar a como se construye un violonchelo). Esto me tenía muy preocupado porque no tenía ninguna experiencia en tallar la madera, y no digamos algo tan grande.




Aquí hay que hacer un pequeño paréntesis para mencionar las herramientas. Como decía al principio, el coste de las herramientas hace que la aventura de construir una guitarra no sirva como método para ahorrar dinero. Lo peor es intentar ahorrar en las herramientas. Como dicen algunos: "compra herramientas buenas y así sólo llorarás una vez"... ¡qué gran verdad!




En mi caso, no tenía taladro de columna y eso me estaba cerrando las puertas a varias operaciones como nivelar, taladrar con precisión, vaciar el interior de un bloque de madera, etc... Finalmente me decidí a comprar un taladro de columna, no muy bueno (error! pero en este caso no muy grave porque va compliendo su misión), pero que ha sido clave en sacar adelante este proyecto. Otras herramientas importantes en esta fase son los cepillos especiales para luthiers, que permiten retirar madera con mucha precisión en áreas pequeñas, y todo tipo de escofinas, limas y similares, que acabé usando en uno u otro momento.




La otra operación difícil que distingue a una guitarra maciza de una hueca (cualquier tipo) son los lados, o aros: Se trata de dos piezas de madera muy fina (2 mm) que se dobla con calor y humedad para dar la forma del contorno de la guitarra. El doblado se puede realizar con un molde o a "mano alzada", usando una forma para comprobar si se ha dado la curva correcta. Claro, la madera no se dobla fácilmente, ni siquiera con calor y humedad, por lo que hasta que conseguí dominar la operación me llevé por delante ¡6 juegos! de aros. Por suerte había previsto este desastre comprando 8 juegos, con lo que hasta me sobró uno, pero mi proyecto estuvo al borde del fracaso.




No tengo fotos del proceso, fue muy largo y a períodos esporádicos, con lo que olvidé hacer un "reportaje" completo. Puedo enseñar cómo ha quedado la guitarra pintada y barnizada, aunque aún sin pulir:




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